El Niño Jesús dormido sobre la Cruz






El Niño Jesús dormido sobre la Cruz

MURILLO, BARTOLOMÉ ESTEBAN

Copyright de la imagen ©Museo Nacional del Prado


Murillo, Bartolomé Esteban

Sevilla, 1617 - Sevilla, 1682

Bartolomé Esteban Murillo nació en Sevilla y fue bautizado allí el 1 de enero de 1618. Su padre, Gaspar Esteban, era barbero-cirujano; su madre, María Pérez Murillo, provenía de una familia de plateros y pintores. Siguiendo la tradición andaluza, el pintor adoptó el apellido materno, Murillo, en vez ...
 
El Niño Jesús dormido sobre la CruzHacia 1660. Óleo sobre lienzo, 64 x 88,5 cm 
No expuesto


Bartolomé Esteban Murillo creó una serie de imágenes sobre la infancia de Jesús que llegaría a fijarse en la conciencia cultural española mediante la difusión de multitud de reproducciones hasta la actualidad. Entre ellas destacan, por ejemplo, los Niños de la concha y la Sagrada Familia del pajarito, las cuales comparten diversos rasgos formales con los que se consigue despertar la devoción a través de la ternura. Son escenas cotidianas en las que los personajes sagrados expresan gestos comunes que permiten al fiel sentir empatía con ellos. Sin embargo, este maestro también utilizó las figuras infantiles para crear metáforas visuales que hicieran reflexionar a los espectadores sobre cuestiones de índole teológica. A este último grupo pertenecen las representaciones del Niño Jesús dormido sobre la cruz, que en ocasiones aparece rodeado de los atributos de su martirio y con la calavera, que se interpreta como la premonición de su Pasión y muerte.

Esta iconografía hunde sus raíces en el primer tercio del siglo XVI, cuando se fecha un grabado abierto por Giacomo Francia (h. 1486-1557), en el que la imagen de Jesús dormido sobre la cruz está acompañada de un verso del Cantar de los Cantares: “Ego dormio et cor meum vigilat”, quizás aludiendo al alma contemplativa, la cual permanece vigilante aunque el cuerpo duerma. Por otro lado, este verso del Cantar, interpretado en términos marianos, podría aludir al papel de protectora que María ejerció desde su nacimiento, conocedora del destino de su hijo. A pesar de no estar fundado en un hecho de las Sagradas Escrituras —y de que probablemente la inspiración para su composición se hallara en una escultura helenística con la Alegoría del Sueño—, este asunto no solo sobrevivió a la censura de la Iglesia realizada tras el Concilio de Trento en búsqueda de la autenticidad en las artes visuales, sino que iría ganando una extensa popularidad como meditación piadosa. En este sentido, Guido Reni reelaboró esta temática en varias ocasiones, consiguiendo un gran éxito, como demuestran las numerosas versiones que se le atribuyen, los grabados que se hicieron con sus composiciones, así como la influencia que ejercieron en otros pintores.

Murillo fue uno de los artistas que recibieron esta inspiración, como se aprecia en este lienzo en el que Jesús está dormido sobre la cruz, la cual está sobre un paño púrpura, y posa su mano derecha en un cráneo. En Sevilla no solo vería los grabados de Reni, sino que también pudo consultar al menos una copia pictórica que se exhibía en el Palacio Arzobispal cuando gobernaba aquella sede Domingo Pimentel, hacia 1650, cuando precisamente se data esta obra. Además, el pintor Alonso de Zamora y Toro tenía en esos años en su residencia hispalense un original del pintor boloñés con esta temática.

No obstante, Benito Navarrete Prieto supone que Murillo pudo inspirarse en la figura que aparece en el grabado de Francesco Vanni (1563-1610) con la Virgen en adoración al Niño Jesús dormido y anteriormente Alfonso E. Pérez Sánchez propuso que el artista debió de tener en cuenta las versiones del Niño Jesús dormido sobre la cruz de Bartolomeo Cavarozzi (h. 1587-1625), efectuando la comparación con un ejemplar conservado en la pinacoteca madrileña, atribuido a él por entonces pero que actualmente se da a los pinceles de Orazio Gentileschi (1563-1639).

De un modo semejante, la paternidad de este lienzo también ha sido objeto de controversia, pues a comienzos del siglo XX aparecía en los catálogos del Museo como copia, siendo cuestionada esta opinión por algunos especialistas en el pintor, como August L. Mayer. Posteriormente, Juan Antonio Gaya Nuño lo consideró una copia indiscutible, pero Diego Angulo Íñiguez lo incluyó entre los originales con esta temática de más calidad de Murillo, quedando así hasta la actualidad. Cabe destacar que en 2018 se subastó un ejemplar de este autor que perteneció a otro miembro de la casa real, Luis Antonio Jaime de Borbón y Farnesio, quien lo exponía en el palacio de Boadilla del Monte.

Japón, Rafael, 'Bartolomé Esteban Murillo. Niño Jesús dormido sobre la Cruz'. En: Guido Reni, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2023, p.338-339 nº 70


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