HISTORIA DE LA DEVOCIÓN Y CULTO AL NIÑO ENFERMERO
HISTORIA DE LA DEVOCIÓN Y CULTO AL NIÑO ENFERMERO
Desde finales del siglo XVII se rinde culto en las Palmas de Gran Canaria al Niño Enfermero. Así como otras advocaciones de los pasados tiempos han sido olvidadas o preteridas, esta devoción a Jesús Enfermero se ha mantenido constante y hasta en aumento. Comenzó en el Convento de San Bernardino de Siena, de monjas de Santa Clara, hoy desaparecido. Fue fundado este monacato en el año 1664 y estuvo en pie hasta la primera mitad del siglo XIX, en que se inició su demolición.
En la enfermería de esta casa de oración se colocó el cuadro del Niño Enfermero, para que sirviera de alivio y consuelo a las monjas que se veían privadas del precioso don de la salud. A Él se dirigían en sus sufrimientos las monjas de Santa Clara y el Niño Dios siempre inclinaba, misericordioso sus oídos a las súplicas de la comunidad y devolvía la salud o daba fuerzas a las que padecían. Enlabios de las clarisas siempre había una jaculatoria: “De todo mal, por tu Santa Infancia, líbranos Señor.
De la enfermería pasó a la Iglesia del Convento; abandonó la clausura para que los vecinos de Las Palmas pudieran también postrarse a sus plantas e implorar sus gracias.
En el año 1840 expulsaron a las monjas de su convento y demolieron éste para construir un teatro. Pasó entonces el milagroso Niño a la Iglesia de San Francisco y en ella lleva más de un siglo recibiendo el culto ferviente de sus numerosos devotos.
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