Cuadro : Muerte y vida, de Gustav Klimt (1910)
Muerte y vida, de Gustav Klimt (1910)
Es una de las obras más famosas y también más inquietantes del pintor simbolista. El lienzo está dividido en dos partes: a la derecha está la Vida, simbolizada con una serie de cuerpos que se retuercen, se abrazan y se pliegan; a la izquierda, un esqueleto cubierto por un manto oscuro plagado de cruces (la Muerte) agarra con sus manos nudosas un garrote, como para dar en cualquier momento el golpe fatal. La mirada vacía de la Muerte, que observa con curiosidad y malicia el bullir de la Vida, es el único punto de unión entre los dos mundos.
Los personajes que forman la Vida parecen no darse cuenta del acecho de la Muerte: una madre mece en sus brazos a su hijo, una joven se funde con la figura de una anciana y dos amantes entrelazan sus brazos. Todos están sumergidos en su mundo; solo la muchacha que se encuentra al lado de la madre levanta la mirada y dirige los ojos al espectador.
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