Definición de feminismo



Wong-González, J.P. (Juan Pablo). "La ideología de género: una respuesta de la Antropología y la Teología". Cuadernos Doctorales de la Facultad de Teología. Excerpta e Dissertiationibus in Sacra Theologia. 72, 2022, 435 - 487

Entre la multiplicidad de matices de esta corriente cabe señalar, por ejemplo, las distintas definiciones que son utilizadas.


El Diccionario Ideológico feminista la define como «[...] un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII –aunque sin adoptar todavía esta deno- minación– y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación, y explotación de que ha sido y son objeto por parte del colectivo de los varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquella requiera»( Sau, V., «Feminismo», en Diccionario ideológico feminista, Icaria Editorial, Barcelona 1990, 122.) 
Esta definición, no obstante, resulta anacrónica, pues aplica categorías marxistas a movimientos que nacieron un siglo antes..

Por su parte, en el Diccionario de la Real Academia Española define escuetamente feminismo como «principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre»
Esta definición ha sido criticada por representantes de corrientes feminista.

Monique Remy, historiadora francesa y conocida feminista, dice: «nosotros consideramos como feminista toda palabra, todo escrito, todo movimiento relativo a la condición de las mujeres en la sociedad, si denuncia ésta como una consecuencia de la dominación de un sexo (masculino) sobre el otro (femenino)» (remy, M., De l’utopie à l’intégration: Histoire des mouvements de femmes, L’Harmattan, París1990, 17.


No obstante, muchos autores tienden a identificar el origen de las corrientes del feminismo actual en los años setenta. Con ello no pretendemos afirmar que en épocas anteriores no hayan existido diversos grupos de mujeres luchando por sus derechos, en particular desde el siglo XIX (Cfr. Solé romeo, G, Historia del feminismo..., op. cit., 2)

Pero en la segunda mitad del XX cambiarán de signo y se organizarán de forma combativa, en el marco más amplio de sucesivas revueltas de liberación por parte de las colonias, los obreros, etc., reivindicando sus derechos. 

De forma más concreta, cabe relacionar esta radicalización del movimiento feminista con los postulados del mayo de 1968. Por eso puede identificarse el inicio de este cambio de planteamiento en Francia, en la década siguiente.

A finales del siglo XIX las mujeres no podían votar, y en algunos países tampoco se les permitía ocupar cargos públicos. En este sentido, se puede hablar de una discriminación económica y educativa(, Cfr. elóSegui, M., Diez temas de género: Hombre y mujer ante los derechos productivos y reproductivos, EIUNSA, Madrid 2002, 23. que aún hoy sigue vigente en amplias zonas del mundo. Por eso, el planteamiento de las primeras organizaciones feministas fue la defensa de los derechos civiles de la mujer. Proponen la igualdad de derechos de la mujer y su presencia en las tres actividades que se consideraban hegemónicas en la Modernidad: la ciencia, el Estado y la economía(.Cfr. Solé romeo, G, Historia del feminismo..., op. cit., 21).
Ya en el siglo XX, en algunos círculos intelectuales se empezó a identificar la maternidad como un obstáculo para la ‘liberación’ de la mujer, y se comenzó a proponer de facto una ‘masculinización’ de las mujeres, anulando dimensiones esenciales de su especificidad personal. Puede observarse esta devaluación de la maternidad, por ejemplo, en la obra de Simone de Beauvoir.

Para esta autora, la mujer es realmente un «hombre» con el inconveniente de que su cuerpo está expuesto a la posible reproducción. Se parte, por ello, de una hostilidad a lo naturalmente propio de la mujer. Su realización como persona estaría, por ello, estrechamente relacionada con la posibilidad de la erradicación de la maternidad. Prueba de ello es que uno de los objetivos de los movimientos feministas haya sido, y continúe siendo, la consecución del aborto libre( AParisi MiralleS, A. «¿A dónde va el feminismo?», Alfa y Omega 282 (2001) 30).


Como consecuencia de este giro, posteriormente aparecerá como uno de los principales objetivos del feminismo la propuesta del ‘derecho’ de las mujeres a elegir por sí mismas sobre sus propios cuerpos, que dio lugar a una gran movilización con importantes campañas dirigidas a conseguir el ‘derecho’ a la contracepción y la legalización del aborto libre(Cfr. Solé romeo, G, Historia del feminismo..., op. cit., 45.13).


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