Trranshumanismo”: ¿Un nuevo humanismo? Un dilema fundamental para la bioética
Francisco Quesada Rodríguez Transhumanismo”: ¿Un nuevo humanismo? Un dilema fundamental para la bioética Revista Estudios, (36), 2018.ISSN 1659-3316 Junio 2018-Noviembre 201.
Resumen:Este artículo conceptualiza y sistematiza brevemente el término “transhumanismo”según algunosescritos de los fundadores de este movimiento cultural y filosófico.
La connotación científica y tecnológica del transhumanismo problematiza el concepto tradicional del Humanismo renacentista forjado por las Humanidades.
Por eso, para comprender si el transhumanismo constituye un nuevo humanismo, se analizala Oratio de hominis dignitate(1486) escrita por Giovanni Pico della Mirandola (1463-1494).
El autor italiano destacaba el potencial del “hombre”para superarse por la libertad y devenirse un verdadero ser humano. Según el concepto de “hombre” y “dignidad humana”propuesto por Pico della Mirandola, se interpreta el transhumanismo, considerando las semejanzas y diferencias entre ambos movimientos culturales y filosóficos.
Sin embargo, la interpretación de este concepto humanista en relación con el transhumanismo presenta un dilema fundamental para la bioética, a saber: la preservación o la trasformación de la naturaleza del ser humano por la ciencia y la tecnología.
El transhumanismo: ¿Un nuevo humanismo? En sentido estricto, históricamente, desde el Humanismo renacentista, el transhumanismo no constituye un nuevo humanismo, sino que, por el contrario,busca trascenderlo por mediación de la tecnociencia.El transhumanismo es un movimiento filosófico y cultural del mundo desarrollado angloamericano, una etiqueta con marca registrada de un proyecto tecnocientífico quepuede afectar a los países latinoamericanos en desarrollo sin acceso al mejoramiento de la tecnociencia.
El transhumanismo tiene implicaciones socioeconómicas para la humanidad, pues depende básicamente de una economía liberal. En tal sentido, el transhumanismo constituye una disolución de los ideales de la tradición del Humanismo renacentista. El transhumanismo que se reclama en la tradición filosófica y cultural europea u occidental tiene un trasfondo religioso, gnóstico y judeocristiano que queda manifiesto en la interpretación hecha de la antropología filosófica de Pico dellaMirandola.
El transhumanismo de Julian Huxley igualmente tiene la connotación de una religión científica, de una creencia en la evolución humana. Esta sería una versión secularizada o inmanentede la trascendencia judeocristiana. Pero él no hace referencia a la tecnología: “Huxley habla abundantemente de la ‘ciencia’ [‘science’], en particular de la biología, pero casi nunca de la tecnología” (Hottois, 2014, p. 29).
El transhumanismo del siglo XXI tiene también acepciones religiosas como se puede constataren la amplia bibliografía transhumanista, a pesar de que algunos transhumanistas niegan el vínculo con la religión tradicional (Jousset-Couturier, 2016, pp. 99-120; Besnier, 2012, pp. 163-167; Ferry, 2016, pp. 43-44).
A pesar de que Bostrom hace del transhumanismo un descendiente de la tradición humanista del Renacimiento y la Modernidad, otra perspectiva “posthumanista” considera que: El humanismo tradicional y moderno será además una invención del Occidente, etnocentrista, sexista, colonialista e imperialista(...). El transhumanismo toma distancia en relación a los humanismos tradicionales y modernos por la relativización del valor exclusivo asignado al ser humano en tanto que miembro de una especie biológica. Él denuncia el especismo del humano (Hottois, 2014, p. 34, 36).
El transhumanismo contemporáneo recupera ideológicamente ciertos elementos del Humanismo renacentista, como la perfectibilidad del ser humano, sin ninguna limitación de la libertad, por ejemplo para la superación de la muerte humana. Aunque el transhumanismo desecha los prejuicios humanistas que están relacionados con el antropocentrismo y el especismo, sobre todo de herencia moderna, este proyecto tecnocientífico puede introducir el eugenismo en la sociedad, paradójicamente, y por tanto, la desigualdad y la injusticia social.
A diferencia del Humanismo renacentista, la característica fundamental del transhumanismo contemporáneo es la excesiva confianza en la tecnología para mejorar al ser humano y superar la enfermedad y la muerte humana. Por eso, en el proyecto transhumanista la biomedicina no será prioritariamente curativa o terapéutica, sino que tendrá como finalidad el mejoramiento humano. El problema de bioética y biopolítica que puede introducir el transhumanismo es que muchas personas no podrán acceder a la biomedicina controlada por el mercado tecnológico (high tech) de raigambre liberal.
Para el transhumanismo, los “riesgos existenciales” evidenciados en la discusión entre las dos tendencias, pro-mejora y anti-mejora, pueden superarse por medio del progreso de la tecnología. Pero esto supone continuar la investigación científica y la experimentación tecnológica en el ser humano ad infinitum, pues no existe una idea ontológica definitiva de perfección, posiblemente hasta el extremo de desaparecer la humanidad.
La pregunta y respuesta que ofrece la filosofía bioética de Gilbert Hottois es: “¿El transhumanismo es entonces un humanismo? Él puede serlo a condición de no postular una definición restrictiva del hombre y de perseguir su ideal de mejoramiento indefinido con la más grande prudencia” (Hottois, 2014, p. 76). Es decir, el transhumanismo necesita aún de una reflexión filosófica, ética y política para no reducir el ser humano a un ideal de perfección materialista y mecanicista.
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