Fracisco de Asís en Tierra Santa
Fracisco de Asís en Tierra Santa
HA Steger - Patristica et Mediævalia, 1987 - revistascientificas.filo.uba.ar
Religión y Sociedad a comienzos del siglo XIII (Francisco de Asís en Tierra Santa)
Trovador, perteneciente a la "jeunesse dorée" de una ciudad que elige en 1204 -cuando Francisco volvía de su cautiverio de guerra en Perugia- a un excomulgado como podesta y que insiste en su elección pese a la oposición papal,
Francisco se convierte a la pobreza en 1204.
No es el caso referirse aquí a cada uno de los momentos del periplo espiritual de Francisco. Sólo haremos referencia al camino hacia la sublimación que se funda en la absoluta confianza en Dios-(tawakkul) y que, en el mismo sentido de Ibn Tofail y de Ibn Al Arabi, conduce
desde la autoenajenación total (cuida los leprosos en 1206, predica desnudo en la "Iglesia de Asís en 1211) hasta la sublimación y la irrupción del conocimiento del ser (wujüd).
Francisco inicia su peregrinaje hacia Tierra Santa en 1211 por el mismo camino que había tomado el segundo grupo de niños: Ancona, Brindisi.
Su viaje finaliza en Dalmacia y regresa pasando por Ancona. En 1214 se pone nuevamente en camino hacia Compostela y Marruecos, atraviesa el corazón de Provenza (Aries, Toulouse, Jaca).
Aparentemente su objetivo final era Ceuta, donde funcionaba la escuela de lbn Sabain, a la que también Ibn Al Arabi había concurrido desde Murcia en 1201.
Pero a causa de una enfermedad Francisco no puede llegar a Marruecos. Son los años de guerra entre Toulouse y Montpeuier, de la ya mencionada victoria de Pedro de Aragón en las Navas de Tolosa (1212) y de la batalla de Bouvines (1214). Luego Provenza goza de un intervalo sin guerra.
El método del éxtasis sufí conduce al trance consciente y a la visión de la más alta realidad. Ibn Al Arabi, contemporáneo de Frandsco, ha descrito esta realidad presentándola bajo las formas de aparición de lo cotidiano. En las leyendas de San Francisco se describen también muchos de estos éxtasis.
Aparentemente Francisco se encuentra nuevamente en Roma durante el concilio de Letrán, en noviembre de 1215. En 1217, en plena cruzada contra los albigenses (el 13 de septiembre de 1217 Raimundo VI reconquista Toulouse), Francisco se pone nuevamente en camino hacia Francia, apremiado por abogar en favor de la cruzada por la que Inocencia III tanto había trabajado.
Pero esta vez sólo llega hasta Florencia donde su protector, el cardenal Ugolino, le aconseja volver a Asís. Francisco carecía de entusiasmo por las cruzadas.
En 1219 llega a Acre y se dirige hacia Damiata en el delta del Nilo. La ciudad estaba cercada desde febrero de 1219 y el sultán Melek-al-Kamil ofrece tratar la paz con la entrega de Jerusalén. Sin embargo Pelagio, el legado papal, quería una paz resultante de una victoria militar, y por ello, contra el consejo de Juan de Brienne, rey de Jerusalén, y de los barones sirios y los cruzados franceses, rechazó las tratativas. Para evitar derramamiento de sangre, Francisco procura persuadir a los responsables del sitio, pero sólo suscitó burlas. Tuvo
razón sin embargo, porque el ataque fracasó.
Pelagio rechazó otra oferta de paz del sultán. El 5 de noviembre de 1219 los cruzados ocuparon Damiata sin resistencia y la población fue ultimada. Juan de Brienne, en disidencia con Pelagio, abandonó la ciudad el 29 de marzo de 1220. Entre noviembre de 1219 y marzo
de 1220, vale decir entre la toma de Damiata y la partida de Juan de Brienne,
Francisco atraviesa las líneas y se presenta en el campamento del sultán Melek-alKamil.
En éste encuentra a un hombre de aproximadamente su edad (treinta. años) y además un gran amante de la poesía sufí. Ambos llegan a un profundo diálogo religioso en el que Melek-al-Kamil hace participar a su mentor espiritual, el sabio Fakhr al-Din Parisi, un hombre ya
nonagenario. Francisco ofrece someterse a un juicio divino que debía definir la verdadera religión.
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