LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN EN CLAVE CIENTÍFICA
LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN EN CLAVE CIENTÍFICA
APUESTA POR UN CURRICULUM DE ERE ADECUADO AL SIGLO XXI
FORMACIÓN EN CUESTIONES DE CIENCIA Y RELIGIÓN
Angel Fernández Aguilar
RESUMEN
El debate sobre si la enseñanza de la Religión debe ser parte del currículum educativo, y cuál ha de ser su arquitectura legal y su práctica, se plantea cíclicamente en España -según convenga políticamente.
Por otro lado, los españoles se declaran en su mayor parte católicos, pero estamos inmersos en un rápido proceso de desconexión eclesial. Los practicantes representan aproximadamente un tercio de la población, mientras los rituales religiosos, relacionados con lo social más que con las creencias o fe, se encuentran en una curva de declive.
Podemos afirmar que existe la creencia en el imaginario popular, que la comunidad científica es potencialmente atea o agnóstica, pero la realidad es bien distinta si se profundiza en el tema, pues lo que predomina en nuestros paisanos es una ignorancia satisfecha ante la ciencia, y una actitud de indiferencia hacia la creencia e increencia, por falta de hondura o pereza intelectual.
Es posible que la mayoría de los malentendidos entre ciencia y religión se han producido por la actuación de las iglesias al intentar opinar, cuando no dogmatizar, sobre cuestiones que no eran completamente de su competencia. Aunque como podemos comprender, la ciencia también tiene sus limitaciones impuestas por el método científico. En otras palabras, la ciencia para su camino necesita de hipótesis que puedan ser refutadas o reforzadas por métodos racionales, para que las cuestiones acerca de la naturaleza sean accesibles a la razón humana.
Parece que la ciencia ha cambiado nuestra visión de Dios sin pretenderlo; aunque permítanme objetar, que también nuestra idea de Dios ha podido influir en la ciencia independientemente del diálogo entre ciencia y religión, que por ciento de años se ha mostrado tenso o más bien estimulante, según las distintas perspectivas que suscita este interesante debate. Otra idea, muy extendida en el gran siglo de la ciencia, es la de que la ciencia acabará por explicarlo “todo”, y prácticamente, no habrá ningún acceso a aquello que se ha denominado a través del tiempo “misterio”; y apartará definitivamente a la religión. En nuestro siglo XXI y a la luz de las publicaciones y el profundizar en estos temas, se perfila que en el mundo científico hay pocos que apoyen este punto de vista. Posiblemente, la cuestión apunta hacia que la experiencia común de los investigadores es que cuando estos se enfrentan a un enigma y logran descifrarlo, en este proceso aparecen otros enigmas nuevos cuya existencia ni se sospechaba. Como resultado, se extiende la idea que cuanto más crece nuestro conocimiento, más aumenta la conciencia de lo que ignoramos, según afirmaba aquél filósofo.
Con arreglo a la educación, son muchos los expertos que están evidenciando la pérdida de talento en la escuela; pérdida, que algunos señalan hacia la educación tradicional, basada en la obtención de objetivos por cursos; iguales para todos y no valorando a cada alumno como individuo.
El sistema de educación tradicional afecta tanto al alumnado como a nosotros los profesores, que perdemos el arte de transmitir y de ahí surge la necesidad de este artículo, donde se pretende abogar por un cambio el currículo de Religión, dado el ataque continuo en los medios, la creciente indiferencia del alumnado hacia temas religiosos, eclesiales; y el combate constante desde una parte interesada de la ciencia, hace que todo esto se torne en un fascinante debate en la escuela, y que como profesores hemos de aprovechar la ocasión para ofrecer una respuesta científica, filosófica y teológica.
Palabras clave: Pensamiento contemporáneo, diálogo ciencia-religión, la asignatura de Religión en países europeos, actualización del currículo de ERE, formación del profesorado de Religión en cuestiones científicas.
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