Centro de la espiritualidad cristiana
Y el centro de toda la esta espiritualidad es Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Es asumir personalmente el estilo de vida propuesto por Jesús dejándose guiar por el Espíritu Santo y vivirla de una manera concreta por cada creyente[5].
Es una relación personal e inmediata con Dios,una persona que ha ‘experimentado’ algo, porque la espiritualidad del futuro no se apoyará ya en una convicción unánime, evidente y pública, ni en un ambiente religioso generalizado, previos en la experiencia y a la decisión personales como ha sucedido en varias etapas del cristianismo, sino que se apoyará en la experiencia[6]; es una espiritualidad vivida en lo cotidiano, en los actos de cada día,en la propia existencia, implicándose personalmente en ella: una fe encendida en el amor y, por consiguiente, dotada de ojos, manos y pies; capaz de conocer, de transformar la realidad y de convertirse en un principio de acción[7]; con una nueva ascética de libertad, de libertad responsable ante el deber, porque se puede ser sin miedo un hombre de la cultura actual y a la vez un cristiano católico, vivir en un mundo pluralista sin volverse relativista; es decir el mensaje evangélico de tal modo que no sea incomprensible por adelantado para los que están fuera[8].
Una gran variedad de espiritualidades se ofrecen a nuestros contemporáneos como otras tantas posibilidades de realización del ideal de vida al que aspiran para responder al enigma de su existencia y a sus anhelos más profundos. Primero en virtud del pluralismo religioso que impone a todos los humanos la situación de globalización y el acceso a la conciencia planetaria; y, después, por la extensión de espiritualidades laicas que disputan a las religiones la función de ofertas de felicidad y donación de sentido[9].
También existen múltiples espiritualidades cristianas, espiritualidad ortodoxa, protestante, católica…Y también dentro de cada una de estas religiones existen diversidad de opciones. Es la diversidad en la unidad:
La espiritualidad cristiana se refiere a una forma de vida guiada por el Espíritu de Cristo. Es, en su sentido más preciso, presencia, camino y dominio del Espíritu, que conduce a vivir el evangelio del amor, el seguimiento de Jesús, el compromiso por el Reino. Se entiende, pues, como la presencia del Espíritu de Cristo en la vida de las personas, de las comunidades y de las instituciones que quieren ser cristianas. Se trata de una forma y de un estilo de vida inspirados y guiados por Dios, motivados y arraigados en Jesús, a la vida más personal e íntima que se desarrolla interiormente a través de la relación que Dios, por su Espíritu, suscita y establece en nosotros.Necesariamente la espiritualidad cristiana está informada e inspirada por la fe. Pero en modo alguno puede hablarse de una única espiritualidad cristiana. Hay una raíz común y unos elementos identificadores, pero las expresiones concretas pueden ser muchas. Por eso, se habla de un «pluralismo de espiritualidades », porque no existe una sola forma histórica de expresar toda la riqueza de la vida de Dios en Cristo y porque, además, la misma espiritualidad cristiana necesita acomodarse a los profundos cambios de la historia. De hecho, en la vida cristiana han florecido un amplio y rico conjunto de espiritualidades: agustiniana, benedictina, dominicana, franciscana, ignaciana, carmelitana, etc[10].
[5]P. E. Sanz de Miguel,Mística, contemplación y espiritualidad en el siglo XXI. Conferencia recogida en www.mercaba. com.
[6] K. Rahner, Schrisften Theology. VII, 22.
[7]J. H. Neuman, Meditations and Devotions. Longmans, Green andCO, London, 3ª edi., 1955, p.217.
[8]R. Guardini. Briefe vom Comer See (Cartas del lago de Como), Maguncia, 1953,
[9] J. D, Martín Velasco, “Espiritualidad cristiana en el mundo actual”, en Pensamiento. Revista De Investigación E Información Filosófica, 69 ,261 (2013), 601-621.
[10]E. Alburquerque,” Espiritualidad de don Bosco” en Educación y futuro: revista de investigación 28 (2013), 39-60.-
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