Hipocresía de hablar de paz construyendo y vendiendo material bélico
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El Papa denuncia en la audiencia general “la hipocresía de hablar de paz construyendo y vendiendo material bélico” 27/11/2019
- Francisco dedica su catequesis al viaje que concluyó ayer a Tailandia y Japón y vuelve a realizar una “firme condena de las armas nucleares”
- Considera que la “amenaza más grave” en los países desarrollados es “la pérdida del sentido de la vida”, un “vacío de sentido” que tiene a los jóvenes entre sus “primeras víctimas”
Cada vez que regresa de uno de sus viajes apostólicos, el papa Francisco dedica la audiencia general posterior a compartir con los fieles y peregrinos su experiencia. Es lo que hizo este miércoles al centrar su meditación en la plaza de San Pedro del Vaticano en la visita que realizó entre el 19 y 26 de noviembre a Tailandia y Japón, de donde regresó ayer a Roma.
Al hablar sobre su experiencia en tierras niponas, recordó en particular cómo en Nagasaki e Hiroshima, las dos ciudades devastadas por sendas bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos en 1945, realizó una “firme condena de las armas nucleares y de la hipocresía de hablar de paz construyendo y vendiendo material bélico”. Sus palabras fueron celebradas por un aplauso de los presentes.
Japón es un país que “lleva impresas las llagas del bombardeo atómico y es para todo el mundo portavoz del derecho fundamental a la vida y a la paz”.También ha sabido demostrar una “extraordinaria capacidad de luchar por la vida”, como hizo una vez más tras el “triple desastre” de 2011 por el terremoto, el tsunami y el accidente que se registró en la central nuclear de Fukushima.
Cada vez que regresa de uno de sus viajes apostólicos, el papa Francisco dedica la audiencia general posterior a compartir con los fieles y peregrinos su experiencia. Es lo que hizo este miércoles al centrar su meditación en la plaza de San Pedro del Vaticano en la visita que realizó entre el 19 y 26 de noviembre a Tailandia y Japón, de donde regresó ayer a Roma.
Al hablar sobre su experiencia en tierras niponas, recordó en particular cómo en Nagasaki e Hiroshima, las dos ciudades devastadas por sendas bombas atómicas lanzadas por Estados Unidos en 1945, realizó una “firme condena de las armas nucleares y de la hipocresía de hablar de paz construyendo y vendiendo material bélico”. Sus palabras fueron celebradas por un aplauso de los presentes.
Japón es un país que “lleva impresas las llagas del bombardeo atómico y es para todo el mundo portavoz del derecho fundamental a la vida y a la paz”.También ha sabido demostrar una “extraordinaria capacidad de luchar por la vida”, como hizo una vez más tras el “triple desastre” de 2011 por el terremoto, el tsunami y el accidente que se registró en la central nuclear de Fukushima.
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