Rituales en la religión civil
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ÁNGEL AGUIRRE BAZTÁN La religión civil en RAD, Tribuna Plural. La revista científica (2016) 133-165.
Los rituales en la “religión civil”.
La “religión civil” está construida más desde su urdimbre ritual que sobre el conjunto de doctrinas creenciales.
Entre los rituales seculares, se encuentran:
--las ceremonias, los desfiles, las conmemoraciones y las manifestaciones
--los juegos deportivos de todo orden
--las fiestas y los espectáculos
En el primer apartado caben, desde los rituales de los desfiles militares (Plaza Roja, Tiananmen, Nüremberg, día de las FF.AA., etc.), los lúdicos como los desfiles de carnaval, hasta las manifestaciones sindicales o las peregrinaciones.
Entre los rituales deportivos podemos considerar a los Juegos Olímpicos, las competiciones deportivas (fútbol, baloncesto, carreras, etc.).
Las fiestas, el folclore, los espectáculos, las celebraciones, etc., constituirían el tercer gran bloque que alberga gran cantidad de actuaciones, con sus correspondientes rituales.
De la importancia de la ritualidad en la organización de la vida o de los eventos sociales y culturales da fe el hecho de que se imponga, cada día más, la necesidad de una “ingeniería ritual” que proponga nuevas y eficaces formas rituales para cohesionar al Estado o a sus organizaciones.
Hoy, la “religión civil”, sobre todo a través de su ritualidad, se presenta, o bien al margen de la religión sobrenatural (con posicionamientos rituales insustanciales), o bien mezclada con ella, aunque manteniendo su posición básicamente “política”. Como ejemplo del primer grupo, nos hemos referido a esos manuales de rituales en los que se propone una sacramentalidad ritual meramente laica (como la que hemos mencionado, a propósito del libro de J. Surroca); y como ejemplo de la segunda opción, podemos referirnos a la construcción ritual de los Juegos Olímpicos, donde las tres partes (apertura, competición y cierre), responden a las concepciones mítico-rituales de la cos- mogonía, la soteriología y la escatología.
Tanto la religión sobrenatural, como la “religión civil” son “procesos iterativos” que llevan hacia la trascendencia (sobrenatural o histórica), desde la cual se redefinen los conceptos de vida y de muerte.
Pero que, la “religión meramente civil”, no es en sí una religión, sino una “para-religión” al no estar dotada de la sacralidad de una trascendencia sobrenatural.
A menudo, ambas formas de religión aparecen mezcladas y hasta sinérgicas, siempre que se garantice que la “religión civil política” no quiera marginar o destruir a la religión sobrenatural y que la religión sobrenatural no quiera transformarse en “política”.
ÁNGEL AGUIRRE BAZTÁN La religión civil en RAD, Tribuna Plural. La revista científica (2016) 133-165.
Los rituales en la “religión civil”.
La “religión civil” está construida más desde su urdimbre ritual que sobre el conjunto de doctrinas creenciales.
Entre los rituales seculares, se encuentran:
--las ceremonias, los desfiles, las conmemoraciones y las manifestaciones
--los juegos deportivos de todo orden
--las fiestas y los espectáculos
En el primer apartado caben, desde los rituales de los desfiles militares (Plaza Roja, Tiananmen, Nüremberg, día de las FF.AA., etc.), los lúdicos como los desfiles de carnaval, hasta las manifestaciones sindicales o las peregrinaciones.
Entre los rituales deportivos podemos considerar a los Juegos Olímpicos, las competiciones deportivas (fútbol, baloncesto, carreras, etc.).
Las fiestas, el folclore, los espectáculos, las celebraciones, etc., constituirían el tercer gran bloque que alberga gran cantidad de actuaciones, con sus correspondientes rituales.
De la importancia de la ritualidad en la organización de la vida o de los eventos sociales y culturales da fe el hecho de que se imponga, cada día más, la necesidad de una “ingeniería ritual” que proponga nuevas y eficaces formas rituales para cohesionar al Estado o a sus organizaciones.
Hoy, la “religión civil”, sobre todo a través de su ritualidad, se presenta, o bien al margen de la religión sobrenatural (con posicionamientos rituales insustanciales), o bien mezclada con ella, aunque manteniendo su posición básicamente “política”. Como ejemplo del primer grupo, nos hemos referido a esos manuales de rituales en los que se propone una sacramentalidad ritual meramente laica (como la que hemos mencionado, a propósito del libro de J. Surroca); y como ejemplo de la segunda opción, podemos referirnos a la construcción ritual de los Juegos Olímpicos, donde las tres partes (apertura, competición y cierre), responden a las concepciones mítico-rituales de la cos- mogonía, la soteriología y la escatología.
Tanto la religión sobrenatural, como la “religión civil” son “procesos iterativos” que llevan hacia la trascendencia (sobrenatural o histórica), desde la cual se redefinen los conceptos de vida y de muerte.
Pero que, la “religión meramente civil”, no es en sí una religión, sino una “para-religión” al no estar dotada de la sacralidad de una trascendencia sobrenatural.
A menudo, ambas formas de religión aparecen mezcladas y hasta sinérgicas, siempre que se garantice que la “religión civil política” no quiera marginar o destruir a la religión sobrenatural y que la religión sobrenatural no quiera transformarse en “política”.
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