¿Nueva Era? Globalización
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P. Raga Rosaleny, en su tesis doctoral El Credo de la Aldea global ( Universidad de Valencia del año 2016), se pregunta si la globalización es una nueva era histórica. Isidro Sepúlveda (Sepulveda, I; Tendencias historiográficas del siglo XX, en CASA (2002,141) al analizar la posmodernidad dudaba si esa etapa de la historia era bien el fin de una era o el principio de otra.
El autor toma la definición de Giddens (Giddsens, A. (2000) Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas. Madrid 2000) para describir la globalización como : “la intensificación de relaciones sociales por todo el mundo, de tal manera que los acontecimientos locales están configurados por acontecimientos que ocurren a muchos kilómetros de distancia y viceversa”.
Propone como una nueva era el año 1969 aduciendo a una serie de argumentos como el rechazo de muchos obispos y teólogos a la encíclica papa de Pablo VI: Humanae vitae, la zozobra del sistema monetario internacional, la ontologización matemática, el año en que el hombre piso la luna, por el nacimiento de la dogmática de genero, la aparición de la ideología neoliberal, atención al ecologismo, la irrupción del socialismo islámico, la creación de la Asociación internacional de Semiótica, la multitud de obras artística donde se endiosa esta nueva Edad, la reunión e Rabat de los musulmanes para crear el cuarto bloque, porque en 1969 nacía Internet, etc.
La segunda temporalidad de las anunciadas ya corresponde a las etarias “ordinarias”, y discurre entre 1969-2005; ergo, estamos hablando de la etapa Alta de nuestra Edad, según se establece en la periodicación al uso.
Por descontado, la tercera y última temporalidad de las aludidas es la que principia en 2005, y es la vigente a dia de hoy; estamos viviendo, por tanto, en la etapa Plena de nuestra Edad. Como acabamos de ver, tanto el fin de nuestra primera etapa etaria como el inicio de la por ahora ultima etapa de nuestro tiempo pueden marcarse tambien con el imperialismo sínico y la naturalizaciónn del aborto; la puja del ateismo, del politeismo valorativo, del religionismo, de la muchedumbre, del multiculturalismo, del consumismo, de la instrumentalización de la Naturaleza, del nihilismo y de la deshumanización, por nombrar soolo algunos de los hitos más significativos.
P. Raga Rosaleny, en su tesis doctoral El Credo de la Aldea global ( Universidad de Valencia del año 2016), se pregunta si la globalización es una nueva era histórica. Isidro Sepúlveda (Sepulveda, I; Tendencias historiográficas del siglo XX, en CASA (2002,141) al analizar la posmodernidad dudaba si esa etapa de la historia era bien el fin de una era o el principio de otra.
El autor toma la definición de Giddens (Giddsens, A. (2000) Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas. Madrid 2000) para describir la globalización como : “la intensificación de relaciones sociales por todo el mundo, de tal manera que los acontecimientos locales están configurados por acontecimientos que ocurren a muchos kilómetros de distancia y viceversa”.
Propone como una nueva era el año 1969 aduciendo a una serie de argumentos como el rechazo de muchos obispos y teólogos a la encíclica papa de Pablo VI: Humanae vitae, la zozobra del sistema monetario internacional, la ontologización matemática, el año en que el hombre piso la luna, por el nacimiento de la dogmática de genero, la aparición de la ideología neoliberal, atención al ecologismo, la irrupción del socialismo islámico, la creación de la Asociación internacional de Semiótica, la multitud de obras artística donde se endiosa esta nueva Edad, la reunión e Rabat de los musulmanes para crear el cuarto bloque, porque en 1969 nacía Internet, etc.
La segunda temporalidad de las anunciadas ya corresponde a las etarias “ordinarias”, y discurre entre 1969-2005; ergo, estamos hablando de la etapa Alta de nuestra Edad, según se establece en la periodicación al uso.
Por descontado, la tercera y última temporalidad de las aludidas es la que principia en 2005, y es la vigente a dia de hoy; estamos viviendo, por tanto, en la etapa Plena de nuestra Edad. Como acabamos de ver, tanto el fin de nuestra primera etapa etaria como el inicio de la por ahora ultima etapa de nuestro tiempo pueden marcarse tambien con el imperialismo sínico y la naturalizaciónn del aborto; la puja del ateismo, del politeismo valorativo, del religionismo, de la muchedumbre, del multiculturalismo, del consumismo, de la instrumentalización de la Naturaleza, del nihilismo y de la deshumanización, por nombrar soolo algunos de los hitos más significativos.
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