¿Cristianos ateos?

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Se acaba de publicar un libro titulado Fe cristiana y ateísmo del siglo XXI cuyo editores son Gerardo de Pozo Bajón e Ignacio Serrada Sotil en el año 2015, que recoge las conferencias del Curso Fe cristiana y ateísmo del siglo XXI de la Facultad de teología, de la universidad Eclesiástica de San Dámaso en el marco de los XXVII Cursos de verano de la Universidad Complutense celebrados desde el 30 de junio al 2 de julio de 2014.
Los editores escriben en el prólogo: "Y también el testimonio de un ateo nos afecta a los cristianos y nos obliga a escuchar, reflexionar y meditar".

¿Fue alguna vez un cristiano acusado de ateo? Hoy nos puede parecer esto imposible, porque como cristianos nos consideramos creyentes del verdadero Dios.Pero hay que recordar que hay que tener en cuenta el punto de vista cultural en ambientes históricos diferentes.
Los primeros cristianos, en los inicios del cristianismo, eran considerados ateos, y los romanos los tenían como una secta insignificante de los judíos. Tertuliano (Apologética 21) afirmaba que los cristiano vivían como a la sombra de una insigne religión, sin duda lícita.Atenágora, en la Súplica a los emperadores los acusó de ateos, antropófagos y de practicar el incesto.
Tanto los judíos como los cristianos eran acusados de venerar la imagen de un asno, de un carnero o de un buey (Tácito, Historias 5,4) o de odiar a todos los hombres (Tácito, Historias 5,5),; eran ateos porque no adoraban a los dioses imperiales ( Flacio Josefo, Contra Apión, 2.6; Plinio. Historia sobre la naturaleza humana, 13,4,46).
Más tarde Galeno reconoce que los cristianos asumían actitudes propias de auténticos filósofos, al llevar una vida sobria alejada de las pasiones, e incluso que afrontaban la muerte sin miedo.

¿Qué lección debemos de concluir de estos datos?

En primer lugar que cuando no se conoce una cosa, se puede inventar todo tipo de infamias: cristianos como antropófagos, ateos,...

En segundo lugar, que aunque no se compartan las mismas ideas, se debe reconocer lo bueno y lo verdadero que existen en los demás.

Es decir, aunque los cristianos tengamos una fe firme y creamos en el Dios Amor y Misericordioso como el Bien supremo, La Verdad suprema y la Belleza suprema, debemos por ese mismo amor y misericordia, así como por honestidad intelectual, conocer los ateísmos del siglo XXI, analizar las críticas que se nos hace, reflexionar sobre ellas, poner soluciones si existen, y sobre todo respetar a todos, acogiéndolos como hermanos, aunque defendiendo la esencia cristiana sin caer en el relativismo que tanto daño está haciendo actualmente, y que es posible en tiempos venideros ser acusados de ateos.

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