Características de la nueva conciencia de la iglesia
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Características de la nueva conciencia de la iglesia
La encíclica Populorum progressio de Pablo
VI, Pacem in terris de Juan XXIII, y la constitución Pastoral del
Vaticano II sobre la iglesia en el mundo dan una nueva conciencia
eclesiológica.
Las características de esta nueva
eclesiología según Olegario González de Cardedal (M teo, 260- 284) son:
1. Tránsito
de una consideración de estructura a una consideración de función. No se pregunta qué es, sino para qué
está en el mundo, simplificando formas y estilos de vida eclesial. Entre las
actitudes de cristiandad, ghetto, o servicio se opta por la tercera, recordando
el valor absoluto y sagrado de la persona, analizando el orden social legítimo
en su origen pero ilegítimo en sus consecuencias. La Iglesia redescubre su
misión profética y su denuncia crítica dando al mundo la visión del hombre que
tiene por revelación, de forma humilde consciente de su misión.
2. Tránsito
de una consideración vertical de la realidad a otra horizontal. Partir desde el mundo y avanzar hacía
el Espíritu Santo puede actuar fuera de sus fronteras. Es escrutar los signos
de los tiempos, convirtiéndose en discípula.
3. Progreso
y redención. Valoración del progreso. Hasta estos
momentos se consideraban antagónicos estos dos conceptos. Hoy se consideran no
idénticos, pero entre el uno y el otro hay una continuidad ya que ambos son una
promoción del hombre, aunque la iglesia está obligada a poseer una actitud
crítica para que sean medidos por los valores que le dan sentido a la vida
humana.
4. El
presente en función del futuro.
El cristianismo proclama la dimensión absoluta de la persona y el valor
absoluto del presente. Hay que
conseguir el desarrollo humano y el progresos verdadero.
5. La
iglesia y el evangelio no son ante todo principios de comportamiento moral,
sino conformación de un espíritu que hace surgir imperativos directos de acción. Las leyes, necesarias, no agotan todo
la moralidad humana, y es necesario las coordenadas del lugar, tiempo y Espíritu
Santo en el corazón para que actúen los imperativos del Evangelio.
6. Ortodoxia
y ortopraxis. Crear no solo teoría sino realizaciones que muestren la credibilidad
interna del evangelio.
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