Características de la Nueva Antropología
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Características
de la Nueva Antropología
Olegario Gonzalez
de Cardedal, analizando la Populorum
progressio, la Constitución Gaudium
et epes, la declaración sobre
la libertad religiosa el discurso de Pablo VI en la clausura del Concilio
Vaticano II, analiza los rasgos de esa nueva antropología surgida de ellos.
Si en el centro
del cristianismo se coloca la Encarnación, definida como punto de convergencia
entre la generosidad divina y el movimiento de apertura del hombre, no se
sabría que poner en primer lugar, si teología o antropología. En el discurso de
clausura de Pablo VI del Concilio afirmó:
Para conocer al hombre, al hombre verdadero, al hombre integral, es
necesario conocer a Dios.
Por lo tanto,
toda antropología desde esta perspectiva, será antropología teológica.
Intentando
resumir las ideas de González de Cardedal se va a exponer los puntos que clarifican su pensamiento sobre la nueva
antropología:
·
Preocupación por la dimensión metafísica del
hombre, pero primando sobre todo la histórica.
·
Aceptación humilde y gratuita de su existencia.
·
Aceptación del hombre con su capacidad creadora
por respeto a él y porque es necesaria la creatividad para la fe.
·
El hombre es existencia en relación por su ser
constitutivamente referido.
·
Abierto a la historia humana anterior, sin ser
juez de ella.
·
Solidario con los hermanos en el presente.
·
Considera el trabajo, no como un castigo, sino
como la participación a la potencia creadora de Dios, condición de su propia
humanización y como solidaridad entre los hombres.
·
Ante la naturaleza, ya no es esclavo de ella,
sino debe descubrir las leyes, someterla a unos fines que ha hecho ver
Jesucristo.
·
Tiene posibilidad de descubrir la libertad.
Puede superar todas las servidumbres impuestas por la naturaleza, por el propio
hombre o por los grupos humanos.
·
La libertad no se puede dar ni heredar, porque
debe nacer desde dentro del hombre.
·
Hay que ayudar a los demás a conseguir su propia
libertad.
·
Ser hombre es llegar a ser hombre en crecimiento
continuo mediante la acción creadora.
·
En la jerarquía de valores que el hombre debe
tener no se pone como valor supremo la posesión, el tener, sino el Ser.
·
El verdadero progreso humano está en los valores
superiores: el amor, la amistad, la oración, la contemplación.
·
El hombre solo se humaniza en solidaridad con la
tierra, con el trabajo creador, y en solidaridad con los demás hombres.
·
A la luz de Jesucristo el hombre aprende que es
el progreso límite y alienación límite.
·
Jesucristo da una respuesta límite con su muerte
y resurrección.
Todas esta
características muestran al hombre nuevo como imagen de Dios, porque la
vocación del hombre al Absoluto que le funda, y la versión del Absoluto hacia
el hombre, ha tenido su concreción máxima en la historia en el hombre Jesús de
Nazaret, imagen visible del Dios invisible.
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