¿Qué es educación prenatal?







M. Hurtado; S. Cuadrado; A. de la Herrán en la REVISTA IBEROAMERICANA DE EDUCACIÓN, vol. 67, núm. 1 (15/01/15), pp. 151-168
han publicado un artículo muy interesante En él se explica que es la educación prenatal. Copio un trozo de este artículo que puede ayudar a entender este tipo de educación

¿Hacia una Pedagogía Prenatal? Una propuesta educativa
. En el ámbito prenatal esa comunicación educativa está indisolublemente unida al intercambio biológico y para su salud. Su referente son los procesos naturales del embarazo. En ningún caso la educación prenatal hace referencia a procesos agresivos, artificiales, ni biológicos ni instructivos. Favorece, en cambio, el desarrollo de las potencialidades del ser humano, pero de forma natural, sin ninguna violencia de la clase que sea. Por ello la educación prenatal es equiparable a “educación prenatal natural” (Bertin, 2006).
De hecho, la práctica de esta educación consiste en pequeñas acciones comunicativas con base en la conciencia pedagógica de su alcance formativo: sentir al bebé, amarle consciente, naturalmente, acariciarle, comunicarse con él en situaciones funcionales variadas, pensar positivamente en él, hablarle, cantarle, admirar la belleza en la naturaleza, en el arte y en los seres humanos, imaginando y deseándole las mejores y más maravillosas cualidades humanas, etc. Concierne también, por tanto, al estilo de vida y a la formación de la madre durante el embarazo: alimentarse con comida sana, variada y equilibrada, cuyos nutrientes aporten energía; evitar sustancias perjudiciales (alcohol, tabaco, drogas, etc.); oxigenar su sangre con una buena respiración; tener sentimientos y emociones positivas; evitar en los posible conversaciones, lecturas, música o espectáculos violentos o deprimentes; tener pensamientos positivos; utilizar su imaginación creadora para impregnar a su bebé prenatal de las más bellas imágenes y para sensibilizarle con los más nobles valores humanos; adquirir conocimientos significativos y formativos como principal educadora prenatal, etc. El papel del padre también es muy importante. Puede adquirir y compartir conocimientos con la madre, comunicarse educativamente con el bebé prenatal con la voz, tocarle, acariciarle, y sobre todo facilitar y darle alegría y confianza a través de una madre feliz y segura de sí misma, en tanto que madre, de su situación y de sus acciones educativas. Estas “pequeñas cosas”, que de hecho reflejan o expresan los estados interiores de la madre, son transmitidas energéticamente y por empatía. Pero además asocian repercusiones orgánicas. En efecto, intensifican la secreción y transmisión de endorfinas (identificadas con el bienestar y los estados de felicidad). Desde todo ello el niño grabará en su estructura neural rudimentos relativos a su capacidad de amar, de cooperar, de encontrar soluciones equilibradas a los conflictos, de resiliencia, etc. Desgraciadamente, el estrés, el miedo o la violencia, que provocan sus correspondientes estados emocionales, también son transmitidos. Si durante el embarazo la futura madre atraviesa por dificultades, enfermedad, penas, miedo, estrés, etc., dispone no obstante de un “escudo protector” concreto para su futuro hijo: su amor. Así, desde una toma de conciencia formativa de este fenómeno, puede optar por explicarle a su hijo y compartir con él lo que sucede en el día a día,como recomendaban tanto Françoise como su hija Catherine Dolto (Dolto, 2005). Este valiente esfuerzo será bueno para ella y el niño; éste grabará que la vida a veces da golpes duros y que a veces se pasa por momentos difíciles que no obstante se pueden superar. Entonces se asentarán en él las bases de un carácter fuerte, con capacidad para sobreponerse a situaciones adversas (Cyrulnik, 2005). En síntesis, desde la formación pedagógica prenatal de la madre se comunica naturalmente amor y confianza, y desde ellos se favorece no sólo la capacidad de reconstruirse tras un choque desestabilizador, sino también una personalidad con mayor capacidad de equilibración que acompañará al hijo durante toda su vida. Ofrecérselo en la fase intrauterina con la relativa seguridad y el gozo asociado que puede dar el fundamento científico es una posibilidad didáctica al alcance de todos los padres y madres con la formación pedagógica necesaria.
Una madre y un padre formados sobre esta educación prenatal natural podrán ofrecer a su futuro hijo las mejores condiciones para su salud, equilibrio personal, desarrollo físico, emocional, intelectual, ético, etc. Estas inmensas posibilidades son accesibles a todos los futuros padres, en cualquier lugar del mundo. La educación prenatal natural es la más poderosa prevención de los desórdenes físicos y psicológicos. Esta educación, ofrecida de manera natural por la madre y el padre a través de su forma de vivir, el cuidado amoroso hacia su bebé prenatal, sus pensamientos y sentimientos hacia él, influyen al bebé prenatal desde las raíces de su vida y participa en la construcción de su cuerpo, psiquismo y carácter. Por ello, la formación asociada tiene un carácter educativo radical (Herrán, 2014)


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