Fray Junipero Serra ponto será santo




El Papa, en su viaje en septiembre a Estados Unidos, nombrará Santo a este España, religioso franciscano, de Palma sacerdote y doctor en Teología. Estuvo en México y tras la expulsión de los jesuitas de California, fueron los franciscanos quienes ocuparon las misiones de esta región y, al iniciar las tropas españolas la conquista de la Alta California, en 1769, fray Junípero y sus misioneros participaron activamente en el descubrimiento de Monterrey, a la vez que se consagraban a la tarea evangelizadora de los indígenas. En su labor fundadora, establecieron las misiones de San Diego (1769), San Carlos (1770), San Antonio (1771), San Francisco (1776) y San Buenaventura (1782), entre otras. Ocupación de California por los españoles. La colonización y primeros pasos de la evangelización.

En la segunda mitad del siglo XVIII, la Corona española se planteó, como uno de sus objetivos en los dominios americanos, la ocupación y colonización de la Alta California o Nueva California, territorio situado al noroeste del entonces virreinato de Nueva España (México), y que se corresponde, en líneas generales, con el actual Estado norteamericano de California. La principal razón política que originó este propósito colonizador fue el temor a que otra potencia europea, principalmente Rusia, se estableciera en la zona.

Para iniciar la ocupación de la Alta California partió una doble expedición, a la vez terrestre y marítima, al mando de Gaspar de Portolá, en 1769. El punto de partida fue la península de la Baja California, hoy día parte del Estado mexicano, y donde los jesuitas habían consolidado una serie de misiones desde finales del siglo XVII. Cuando los jesuitas fueron expulsados de España y sus posesiones de ultramar, en 1767, los citados establecimientos misionales se encomendaron a los frailes franciscanos, los cuales, poco después, recibirán el encargo de participar en la expedición de Portolá y evangelizar a los indígenas de las nuevas tierras.

La dirección de la labor misionera comenzada en la Alta California, en 1769, correspondió a fray Junípero Serra, franciscano español, nacido en Mallorca. Serra, doctor en Teología, había llegado a la América española en 1749. Tras su desembarco en Veracruz, un hecho marcó el resto de su vida en el Nuevo Continente, al rechazar el transporte puesto a su disposición y decidir la marcha andando hasta la ciudad de México. Por el camino sufrió una picadura en una pierna que se complicó provocándole graves secuelas de por vida. Hasta su muerte, la labor de aquel fraile iba a estar engarzada por cientos de kilómetros a pie, en los que aquella pierna herida habría de proporcionarle punzantes dolores, que, no obstante, sin duda, él supo ofrecer a Dios por la más querida de sus empresas, la conversión de los indios.




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