No hay cristianismo sin Cristo
Gonzalez de Cardedal en su libro "Cristología",MADRID,2012 ESCRIBE:
Cada vez es más evidente que no basta un mero positivismo bíblico, histórico, magisterial o pastoral.
La fe implica adhesión libre y convicción fundada; conciencia de libertad y búsqueda de la verdad.
Tampoco resuelve los problemas el simple remitirse a testimonios de vivencias subjetivas y a hechos particulares.
En esta materia no nos podemos quedar en las cuestiones previas de sola información histórica, exegética, cultural. Hay que pensar para poder definir con rigor y para decidir con fundamento objetivo, universalizable. Cuestiones esenciales como pueden ser la relación entre fe e historia (el así llamado Jesús histórico), el pluralismo de cristologías en el Nuevo Testamento, la hermenéutica de los enunciados dogmáticos, no es suficiente tratarlas sólo con información positiva sino que es necesario situarlas en el horizonte total de la fe, de la historia de la Iglesia y de la conciencia creyente. No hay ya Cristo sin cristianismo como no hay cristianismo sin Cristo.
El resumen del libro es:
Jesús de Nazaret fue acreditado por Dios con palabras y milagros, con la resurrección y el don del Espíritu. Su historia, mensaje y destino engendraron la fe en quienes lo reconocieron como Mesías de Israel, Salvador del mundo, Señor de la Iglesia y del cosmos, Hijo de Dios. La cristología es el origen histórico, el fundamento permanente y el principio generador de todos los demás tratados teológicos.
Con ella están en pie o caen la fe, la iglesia y la teología. Cristo es el pionero y consumador de la fe; el fundamento, la forma y el futuro del cristianismo. Él es la esperanza del mundo.
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