Humanizar la economía
Resumen del Artículo de P. Miguel Manzanera en Iglesia Viva 23.6.14.
Muchas actuaciones y predicaciones del Papa Francisco están motivadas por su preocupación en las personas más necesitadas, en las que más sufren como refugiados, enfermos, minusválidos, niños, ancianos etc., a quienes acoge con las mismas actitudes de misericordia de Jesús. Ha creado incluso la expresión la "cultura del descarte"
En una reciente entrevista al periódico La Vanguardia (2014.06.14) desvela la ideología del afán de lucro: “La economía se mueve por el afán de tener más y, paradójicamente, se alimenta una cultura del descarte. Se descarta a los jóvenes cuando se limita la natalidad. También se descarta a los ancianos porque ya no sirven, no producen, es clase pasiva… Al descartar a los chicos y a los ancianos, se descarta el futuro de un pueblo porque los chicos van a tirar con fuerza hacia adelante y porque los ancianos nos dan la sabiduría, tienen la memoria de ese pueblo y deben pasarla a los jóvenes. Y ahora también está de moda descartar a los jóvenes con la desocupación”. “Descartamos toda una generación por mantener un sistema económico que ya no se aguanta, un sistema que para sobrevivir debe hacer la guerra, como han hecho siempre los grandes imperios”.
Es una voz profética que analiza las consecuencias de la economía actual donde se promociona el consumismo exagerado y se postula la violencia.
El Papa la Exhortación Apostólica, refiriéndose a la pasada crisis financiera mundial, lúcidamente explicó que “en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32, 1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano. Reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo.” (EG 55).
Hay una profunda crisis moral unida a la crisis económica que hace reflexionar en una nuevo modelo económica respetuosos de la tierra y sobre todo centrado en el hombre. Hay que humanizar la economía
El autor termina el artículo con la siguiente frase:
"Se trata de humanizar la economía con el objetivo fundamental de contribuir a que todos los hombres, sin ninguna discriminación, vivan dignamente y ejerzan su libertad y sus derechos fundamentales de manera responsable y solidaria, de tal manera que la historia tenga un futuro de justicia, fraternidad y paz".
Muchas actuaciones y predicaciones del Papa Francisco están motivadas por su preocupación en las personas más necesitadas, en las que más sufren como refugiados, enfermos, minusválidos, niños, ancianos etc., a quienes acoge con las mismas actitudes de misericordia de Jesús. Ha creado incluso la expresión la "cultura del descarte"
En una reciente entrevista al periódico La Vanguardia (2014.06.14) desvela la ideología del afán de lucro: “La economía se mueve por el afán de tener más y, paradójicamente, se alimenta una cultura del descarte. Se descarta a los jóvenes cuando se limita la natalidad. También se descarta a los ancianos porque ya no sirven, no producen, es clase pasiva… Al descartar a los chicos y a los ancianos, se descarta el futuro de un pueblo porque los chicos van a tirar con fuerza hacia adelante y porque los ancianos nos dan la sabiduría, tienen la memoria de ese pueblo y deben pasarla a los jóvenes. Y ahora también está de moda descartar a los jóvenes con la desocupación”. “Descartamos toda una generación por mantener un sistema económico que ya no se aguanta, un sistema que para sobrevivir debe hacer la guerra, como han hecho siempre los grandes imperios”.
Es una voz profética que analiza las consecuencias de la economía actual donde se promociona el consumismo exagerado y se postula la violencia.
El Papa la Exhortación Apostólica, refiriéndose a la pasada crisis financiera mundial, lúcidamente explicó que “en su origen hay una profunda crisis antropológica: ¡la negación de la primacía del ser humano! Hemos creado nuevos ídolos. La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex 32, 1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano. Reduce al ser humano a una sola de sus necesidades: el consumo.” (EG 55).
Hay una profunda crisis moral unida a la crisis económica que hace reflexionar en una nuevo modelo económica respetuosos de la tierra y sobre todo centrado en el hombre. Hay que humanizar la economía
El autor termina el artículo con la siguiente frase:
"Se trata de humanizar la economía con el objetivo fundamental de contribuir a que todos los hombres, sin ninguna discriminación, vivan dignamente y ejerzan su libertad y sus derechos fundamentales de manera responsable y solidaria, de tal manera que la historia tenga un futuro de justicia, fraternidad y paz".
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