El Pastor de Hermas
Es una obra datada entre los años 130-140, muy valorada en la antigüedad,del género apocalíptico, pero que hace una exhortación a la penitencia.
Se cree que el autor es hermano del papa Pío, posiblemente un liberto de origen greco-judío que se traslada a Roma y que posee unas tierras de cultivo cerca de Roma. Sobre su autoría hay grandes disensiones, admitiendo algunos tres autores, o bien otros, distintos materiales pero un solo autor.
Su obra se divide en Visiones, Mandamientos y Semejanzas.
En las visiones aparece una matrona, símbolo de la iglesia y que ordena al vidente, que diga a los cristianos la necesidad de hacer penitencia.
En al tercera visión ve la construcción de una torre, en la que todas las piedras no sirven para su construcción, sino que hay que pulirlas para conseguir la belleza. La torre es la iglesia, las piedras que sirven son los cristianos que no tienen pecados y las que hay que pulir son las que necesitan hacer penitencia.
A partir de la quinta visión aparece un ángel vestido de pastor, un ángel de penitencia, ya que la penitencia es un medio para conseguir la salvación, e incluso lo coloca al lado del Bautismo. Esto introdujo muchas discusiones en este siglo II, porque muchos autores no creían en esta segunda posibilidad de penitencia. Para esta penitencia aconseja la mortificación, el ayuno, la oración. El Pastor defiende la penitencia postbautismal una, única, irrepetible intraeclesial y para todo pecado
Se cree que el autor es hermano del papa Pío, posiblemente un liberto de origen greco-judío que se traslada a Roma y que posee unas tierras de cultivo cerca de Roma. Sobre su autoría hay grandes disensiones, admitiendo algunos tres autores, o bien otros, distintos materiales pero un solo autor.
Su obra se divide en Visiones, Mandamientos y Semejanzas.
En las visiones aparece una matrona, símbolo de la iglesia y que ordena al vidente, que diga a los cristianos la necesidad de hacer penitencia.
En al tercera visión ve la construcción de una torre, en la que todas las piedras no sirven para su construcción, sino que hay que pulirlas para conseguir la belleza. La torre es la iglesia, las piedras que sirven son los cristianos que no tienen pecados y las que hay que pulir son las que necesitan hacer penitencia.
A partir de la quinta visión aparece un ángel vestido de pastor, un ángel de penitencia, ya que la penitencia es un medio para conseguir la salvación, e incluso lo coloca al lado del Bautismo. Esto introdujo muchas discusiones en este siglo II, porque muchos autores no creían en esta segunda posibilidad de penitencia. Para esta penitencia aconseja la mortificación, el ayuno, la oración. El Pastor defiende la penitencia postbautismal una, única, irrepetible intraeclesial y para todo pecado
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