Ética y religión como posibilidad política

Según González de Cardedal,tanto la ética como la religión se presentan como un problema y una posibilidad política.

El Estado se debe comprometer a no dar ninguna plusvalía a ninguna de ellas, tiene que existir igualdad como garantía de la libertad garantizando la presencia y la acción pública de todos los grupos humanos.

Hay que comprender y legitimar una ética civil y las religiones tienen que reconocerla.
Una ética independiente de la religión.

La experiencia de la sociedad moderna ha demostrado que la democracia es la mejor forma para respetar las libertades, pero tambien ha demostradoa unos límites cuando sólo se concibe como un procedimiento de regulación de poder, lo que ha generado desconfianza frente a ella, y hoy se reclama la presencia de las éticas y las religiones.


Al hacer la revisión histórica se comprende que todo proyecto político tiene que tener en cuenta la dimensión ética y la religiosa.
En el cristianismo hoy se ha comprendido la clara diferencia entre razón y fe, entre iglesia y sociedad, autoridad interna y externa, y su relación mediante el diálogo, pero para ello se necesita educación y cultura.

El cristianismo tiene su centro en la experiencia de esa realidad última y sagrada, no puede orientar una vida moral, porque alumbra a toda la persona, y la moral refleja la revelación de Dios en el mundo y le abre a las últimas preguntas que son las que la religión responde, por tanto, un hombre religioso tiene siempre un comportamiento moral. La gran novedad del cristianismo es que frente a la ética habla del perdón, e ilumina todas las acciones del hombre.

Pero el cristianismo, como cualquier otra religión, no puede imponer su moral al estado democrático, sino expresar su propia postura ante temas morales, así como el estado no puede imponer una ética contraria a la propia opción de vida. El estado debe respetar la libertad de todos los grupos que forman la sociedad siempre que no atenten contra los derechos humanos y los valores que se han dado.
Hoy se habla de ética de mínimos y de máximos