Iniciación cristiana
Se define como la inserción de un candidato en el misterio de Cristo, muerto y resucitado, y en la iglesia por medio de la fe y de los sacramentos.
El Catecismo afrima que la iniciación cristina como participación en la naturaleza divina, se realiza mediante el conjunto de los tres sacramentos: el Bautismo, que es el cominzo de la vida nueva; la Confirmación, que es su afianzamiento; y la Eucaristía que alimenta el discípulo con el Cuerpo y la Sangre de Cristo para ser transformado en él.
Lo normal es que esta inserción vaya unida a un itinerario catequético, pero allí donde todavía no ha sido establecido, la catequesis tiene que asumir esta función, orientando a los ya bautizados a incorporarse más plenamente en el misterio de Cristo. Esta catequésis debe estar intrinsecamente unida a toda acción liturgica y sacramental
La Educación permanente de la fe en este proceso de Iniciación cristiana
tiene que formar parte del proyecto catequético global de la iglesia particular.
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